Perca cantante
Un hombre llamado Joe Pelletier fue el creador de un insólito pez en 1998. Su percha, llamada Billy, se movía y cantaba divertidamente. Imagínese, esta idea aparentemente ridícula hizo que su creador ganara cien millones de dólares en sólo los primeros 12 meses.
Decorar las antenas de los coches con simpáticos globos fue una sugerencia de Jason Wall a finales del siglo XX. En aquel momento, no podía imaginar que se haría millonario en sólo siete años de vender el accesorio. Hace sólo siete años, Alex Craig creó un extraño Servicio de Paquetería de Patatas. Por sólo 10 dólares se escribirá cualquier texto en una patata y el mensaje se enviará de forma anónima al destinatario. La divertida idea de este tipo se popularizó rápidamente y sigue vigente hoy en día. Un mal barrio: cómo un lago rico en peces se convirtió en pocos días en una masa de agua muerta Rick Hunts concibió la invención de un aparato para cortar el pelo que se acopla a una aspiradora allá por los años ochenta. Vendió las primeras maquinillas a familiares, pero pronto aparecieron en las estanterías de las tiendas. El autor consiguió pingües beneficios con la venta de millones de ejemplares. Romper el hueso del tenedor de un pájaro y pedir un deseo secreto es una vieja costumbre para muchos. Ken Aroni ha dado a la gente la oportunidad de pedir un deseo un número ilimitado de veces. Desde 1999, fabrica huesos de la suerte de plástico. Vendiéndolos por unos pocos dólares, se hizo millonario en pocos años. Otro hombre que tuvo una idea empresarial de éxito a finales del siglo XX fue Roni di Lullo. Al hombre se le ocurrió la idea de unas gafas protectoras para su perro. Ahora ha amasado una gran fortuna con ello, y sigue ganando dinero vendiendo artículos únicos para animales. Desde hace nueve años, John White produce mandíbulas divertidas que cambian la mirada de la gente en cuestión de segundos. La empresa ya ha conseguido vender los divertidos dientes más de 20 millones de veces. Allá por los años 80, Ken Hakuta ideó un extraño pasatiempo. La diversión elástica se pegaba a las superficies y bajaba sola por la pared. En dos meses, el inventor ya había conseguido varios millones de dólares. ¿Le parece absurda alguna de estas ideas? Por cierto, en nuestro último artículo le contamos cómo un vagabundo normal y corriente pudo convertirse en millonario: la increíble historia de Hakki Akdeniz. Infórmate también sobre el millonario de segunda mano: el tipo compró su ropa sin saber cómo iba a resultar la compra.
Un globo en la antena
Patatas de regalo
Flowbee
Wishbone
Gafas de perro
Los dientes de Billy Bob
Wacky WallWalker
Comparte esto: