Cómo acabaron los chilenos en la Antártida
Menos de 200 personas viven en este puesto avanzado, fundado en 1984. Estados Unidos, China, Rusia y la mayoría de los países con centros de investigación en la Antártida desaprueban en general la idea de llevar al continente más frío y ventoso del planeta a personas que no sean investigadores o militares. Pero Chile y su vecino sudamericano, Argentina, han tomado la inusual vía de formar pequeños asentamientos antárticos que incluyen familias con niños.
Las calles del pueblo. Foto: wallpapercave.com Argentina estableció su puesto avanzado en la Antártida incluso antes, en 1953. El asentamiento en Tierra de Graeme se llama base Esperanza. Se cree que la rivalidad histórica entre Chile y Argentina ha influido en sus ambiciones en la Antártida. Las familias viven aquí en pequeñas casas, mientras que los investigadores se alojan en los espartanos alojamientos que proporciona el Instituto Antártico Chileno. Estos últimos duermen en literas, comen juntos en un estrecho comedor y juegan al ping-pong, una de las pocas actividades del asentamiento. Sorprendentemente, para instalarse aquí hay que extirparse el apéndice, ya que es difícil realizar este tipo de operaciones. Por cierto, antes escribimos sobre los secretos de los lugares más misteriosos de la Antártida. Algunos aquí dicen que aquellos que se adaptan a la relativa reclusión en la Antártica pueden tener dificultades para adaptarse cuando regresan a Chile continental. Llaman a esta afección «síndrome del ermitaño», describiendo el choque que supone estar con la familia y los amigos tras largos periodos en la Antártida. Un mal barrio: cómo un lago rico en peces se convirtió en pocos días en una masa de agua muerta Foto: prensaantartica.cl A pesar de los problemas, muchos chilenos siguen queriendo mudarse a Villa las Estrellas. «Es una de las últimas fronteras del mundo», dijo Macarena Marcotti Murua, de 25 años, una mujer que llegó para trabajar en la oficina de correos. A algunos les atrae la sed de aventura, a otros los salarios más altos que en Chile. Los habitantes del asentamiento parecen tener sus propias razones para permanecer en la Antártida. Por ejemplo, a algunos les parece un lugar lento y tranquilo, que les permite sumergirse en sus pensamientos y no tener que ir con prisas a ninguna parte. Llevar una vida comedida allí es más cómodo y fácil que en cualquier otro sitio, ya que el ritmo de un pequeño asentamiento en un entorno así nunca es rápido. También sugerimos averiguar por qué no hay aviones sobrevolando la Antártida.
El pueblo desde arriba. Foto: fishki.net
Vivir en reclusión
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