Viajando por Francia, lo último que uno esperaría ver en los campos y bosques del país son canguros, los habitantes autóctonos de Australia y las islas vecinas. Sin embargo, Francia, a una hora en coche de París, alberga desde hace más de 40 años a los Wallabies, los verdaderos marsupiales. Se han adaptado bien y han pasado a formar parte del reino animal de Europa Occidental, quizá el más exótico de todos. Pero, ¿cómo llegaron los canguros a Francia?
El nombre exacto de la especie asentada en los bosques franceses es wallaby rojo-gris. En casa, estas hermosas bestias viven en la parte oriental del continente, donde no hay sequías tan prolongadas como en el centro o el oeste de Australia, y también forman parte de la fauna de la isla de Tasmania. Pueden vivir tanto en los bosques como en las llanuras, dondequiera que haya suficiente forraje verde y suculento para ellos. En Francia, el ualabí se encuentra en el bosque de Rambouillet. El bosque ocupa más de 20.000 hectáreas y es uno de los lugares de descanso favoritos de los franceses. Hay senderos fáciles para ciclistas y excursionistas, y la caza también está permitida en el parque. Los amantes de la fauna pueden buscar corzos, jabalíes o bisontes europeos. Además de la fauna autóctona, el bosque de Rambouillet alberga animales exóticos procedentes del centro de cría local. El ualabí rojo y el ualabí gris también habitaban originalmente este vivero, pero en la década de 1970 algunos de ellos se escaparon, causando muchos incidentes curiosos. Aquellos franceses que informaron haber visto canguros en el bosque de Rambouillet cayeron rápidamente en las filas de los cuentacuentos y a veces se sospechaba que habían bebido demasiado alcohol. A los informes aislados de avistamientos de canguros no se les daba mucha credibilidad y se creía que eran bromas. Pero todo cambió cuando los ualabíes se multiplicaron y empezaron a frecuentar la calzada sin respetar las normas de tráfico. Los animales saltaban bajo las ruedas de los coches, provocando accidentes de tráfico, pero cuando los automovilistas heridos se dirigían a las compañías de seguros, nadie creía sus historias sobre los canguros. La autoridad local tuvo que expedir documentos justificativos a las víctimas, confirmando que habían encontrado canguros en las inmediaciones del bosque. En la actualidad, la población de ualabíes franceses ronda los 50 individuos. Los animales han encontrado en el bosque plantas y frutos adecuados que utilizan como alimento. En cuanto a los depredadores, los emigrantes de Australia no tienen nada que temer. Los únicos que suponen una amenaza para los cachorros son los zorros residentes. Pero los cachorros siempre pueden esconderse en la bolsa de su madre, que los zorros no pueden manejar. La caza de ualabíes está estrictamente prohibida, pero algunos animales mueren al chocar con los coches. Los ecologistas señalan que no ven ninguna amenaza para la fauna local por parte de las especies migratorias y siguen vigilando la situación. Cinco razones por las que me encanta Kuala Lumpur Curiosamente, el ualabí no es el único alienígena meridional que ha sabido adaptarse perfectamente a la vida en Europa. Una vez le hablamos del Nandu, un gran pájaro no volador de Sudamérica, que también se escapó de su perrera y se asentó en libertad en Alemania. Y cómo acabó esa historia, puedes leerlo en nuestro artículo anterior.
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