¿Alguna vez has tenido ese problema: tienes delante un plato de espaguetis que no para de rebotar cuando intentas cogerlo con el tenedor mientras estás sentado en un restaurante en una recepción formal. Estamos seguros de que muchas personas se han visto en esta situación.
En 1942, la revista estadounidense Life decidió ayudar a sus lectores y publicó una serie de fotos de Alfred Eisenstadt en las que aparecía una chica demostrando cómo debe degustar la pasta una verdadera dama. Resulta que no tiene nada de complicado. En primer lugar, se clava un tenedor en los espaguetis, se levantan ligeramente y se separan los extremos sueltos y, a continuación, se utiliza una cuchara para envolver los espaguetis alrededor del tenedor. Los espaguetis se hacen un pequeño rollo que se lleva a la boca con un rápido movimiento de la mano.
En ningún caso hay que dividir los espaguetis haciéndolos más cortos. La etiqueta lo prohíbe. También está prohibido coger los espaguetis con las manos o llevarse uno a la boca. Por cierto, los espaguetis no son lo mismo. Se divide en spaghettini y spaghettone más finos y más gruesos, respectivamente.
Aparecieron por primera vez en Nápoles en 1842. Su «autor» fue Antonio Viviani. Incluso hay un Museo del Espagueti en la ciudad italiana de Pontedassio. Guarda muchas recetas, salsas y condimentos. Hay 176 tipos de pasta en total. De hecho, los árabes, los mongoles y los chinos se disputan la autoría y la nacionalidad. Estos últimos insisten en que Marco Polo conoció los fideos y los dumplings gracias a ellos a finales del siglo XIII. Pero los fideos y los espaguetis son cosas distintas. Catalina de Médicis los promovió en Francia en el siglo XVI. ¿Quién fue el legendario rey Arturo: mito o defensor real de los britanos? Algunos historiadores afirman incluso que la pasta procede de Grecia. Parece ser que en griego la palabra pasta significa «gachas espesas de cebada». Pero es probable que ni la teoría griega ni la china sean válidas. Además, al describir los fideos chinos, Marco Polo mencionó términos como: vermicelli, lasagna, lagana. Sin embargo, pasemos de los espaguetis al autor de las fotografías. Esta serie fue tomada por Alfred Eisenstadt, el famoso autor de El beso en Times Square. Por cierto, el propio Eisenstadt llamó a «El beso» «Rendición incondicional». Se interesó por la fotografía desde los 14 años. Sus padres le regalaron entonces su primera cámara Kodak. En 1930 Alfred ya era un fotógrafo famoso. Muchas de sus obras se han convertido en clásicos. Durante su larga carrera, que abarcó muchos años y de la que falleció en 1995, filmó a personajes de la talla de Hitler y Mussolini, Churchill, Goebbels, el presidente Kennedy y Marilyn Monroe, Sophia Loren, Salvador Dalí y Martin Luther King. Estas son las historias que hay detrás de una serie de trabajos para la revista Life.
Un beso en Times Square
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