La civilización humana está penetrando hasta los rincones más remotos del planeta, privando a los animales salvajes de su hábitat natural. A veces, sin embargo, la gente se da cuenta de que los más pequeños necesitan protección e intenta hacerles la vida más cómoda a nuestro alrededor. En Brasil, por ejemplo, se está construyendo un puente independiente para que los raros y protegidos tamarinos puedan circular libremente por la selva.
El tití león dorado es una especie endémica de Brasil, de la que quedan unos 3.500 ejemplares. Estos primates son muy vulnerables porque sólo viven dentro de la Reserva de la Biosfera del estado de Río de Janeiro, y son muy pocos. Fuera de la reserva de la biosfera son raros, pero incluso este rincón de la naturaleza está amenazado: la invasión de las ciudades y las autopistas están desplazando a los tamarinos de su hábitat. Para que los primates pudieran desplazarse de una parte a otra de la selva, se construyó un ecoducto sobre la autopista BR-101 de Brasil. Esto es especialmente importante ahora que los tamarinos se enfrentan a otra amenaza de coronavirus. Recientemente, una peligrosa enfermedad infecciosa llamada fiebre amarilla ha provocado el declive de estos raros primates. Por esta razón, los científicos temen que un nuevo coronavirus pueda causar daños irreparables a la población de tamarinos. Los premios más importantes del Imperio Ruso La autopista discurre a lo largo de la reserva y los tamarinos que viven fuera de ella no pueden entrar en contacto con sus parientes dentro de la zona de conservación. Tampoco pueden desplazarse de su hábitat a tramos de bosque más tranquilos porque la autopista se convierte en una barrera infranqueable. Activistas y biólogos de varias organizaciones internacionales, junto con conservacionistas de Brasil, han conseguido ampliar considerablemente la zona protegida en los últimos años. Pero el bosque recién recuperado está separado del núcleo de la reserva por una carretera muy transitada en esta parte del estado de Río de Janeiro. Los especialistas implicados en la protección y restauración de la población de tamarindos león dorado lograron ponerse de acuerdo sobre la construcción de un paso seguro para los primates. El ecoducto estará listo este año, y los defensores de los animales creen que beneficiará no sólo a los tamarinos sino también a muchos otros animales del bosque. Se trata del primer puente de fauna salvaje de Brasil, aunque ya existen varios proyectos similares en otras partes del mundo que han demostrado su eficacia. Un gran número de ecoductos funcionan en Canadá, Estados Unidos y países de Europa, y numerosos estudios demuestran que son utilizados no sólo por animales grandes, como los osos pardos o los ciervos, sino también por la fauna más pequeña, incluidos los insectos.
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