La invención de César
Cayo Julio César decidió en los días de su consulado que el pueblo de Roma necesitaba conocer todos los detalles de lo que ocurría en las reuniones del Senado y del pueblo. En aquella época, por supuesto, no había forma de distribuir periódicos impresos o incluso escritos a mano, así que el futuro emperador encontró una salida: por orden suya, se fabricaron tablillas de piedra blanca que se expusieron en lugares públicos. En ellas se escribían los mensajes más importantes para que toda la población de la ciudad pudiera estar informada de la vida social y política de Roma. Se llamaban Acta Diurna, que en latín significa «Actas diarias». No se rellenaban de nuevo cada día, por supuesto, pero para aquella época la aparición de tales tablillas supuso un verdadero avance. Los mensajes grabados en piedra permitían transmitir información a la gente con bastante rapidez. Por cierto, ya te hablamos de un emperador romano que renunció al poder para cultivar coles.
Foto: dkfindout.com César decidió escribir en tales tablillas informes sobre la vida política del imperio: qué decisiones tomaba la nobleza, todos los informes que hacían los políticos no sólo del imperio sino también del mundo. Además de política, en estas placas se escribían más noticias sobre la vida ordinaria: el número de matrimonios, divorcios, nacimientos e incluso cotilleos sobre los habitantes de la ciudad. También daban información sobre actos delictivos, nuevas leyes y, por supuesto, sobre los días festivos, que eran muy importantes para la gente de la época. Estas placas se actualizaban constantemente: se colocaban durante unos días y luego, una vez que la gente había leído las últimas noticias, se sustituían por otras más actuales; las placas antiguas se guardaban cuidadosamente junto con los documentos relacionados con la política. Más tarde, estas placas empezaron a distribuirse por todo el imperio: personas especiales transcribían la información de unas placas a otras y los mensajeros las distribuían por todo el país para que toda la población estuviera informada de los últimos acontecimientos. Algunas personas de la época no estaban del todo contentas con los temas que se planteaban en el antepasado del periódico. No se criticaron los acontecimientos políticos, pero algunas personas condenaron las noticias más «realistas». El escritor Plinio el Viejo, por ejemplo, describió varias historias de este tipo en el Acta Diurna. Algún tiempo después de la aparición de dichas tablillas, también apareció una publicación satírica que se burlaba de la información de las tablillas. Los premios más importantes del Imperio Ruso Foto: i0.wp.com Los investigadores sostienen que el antiguo periódico romano bien puede considerarse el primer medio de comunicación de la historia de la humanidad. Por supuesto, su forma original distaba mucho de lo que son hoy las publicaciones periódicas, pero es difícil sobrestimar la contribución del Imperio Romano al desarrollo del suministro de información. Antes te hemos hablado de quién vivió en Roma antes que los antiguos romanos.
Rumores y decisiones políticas
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Una parodia de Acta Diurna
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