Se sabe que la piña es una planta herbácea cultivada que se vuelve redundante después de una sola cosecha. El punto de crecimiento muere y la roseta comienza a producir brotes laterales. Pero las hojas de piña, que son un producto de desecho, en realidad también son una gran materia prima. Resulta que se pueden utilizar para fabricar un montón de cosas útiles, incluidos zapatos difíciles de distinguir del cuero de buena calidad.
En los países donde la cultura de la piña se ha desarrollado a lo largo de varios siglos, la gente aprendió a utilizar sus duras hojas. Las fibras derivadas de las hojas se han utilizado para tejer esteras y fabricar tejidos tupidos. Pero las posibilidades de las hojas de piña son mucho más amplias, como ha conseguido demostrar la diseñadora irlandesa Carmen Hiesa. Impresionada por las visitas a curtidurías sucias y peligrosas para el medio ambiente en Filipinas, Carmen decidió crear un análogo artificial del cuero, que se obtendría procesando fibras vegetales. Tras investigar varias opciones de materia prima, la diseñadora llegó a la conclusión de que las hojas de piña serían ideales para sus propósitos. El material creado tras años de experimentación se llama Pinatex. Es un proceso que requiere mucha mano de obra, pero sigue siendo muy rentable si se tiene en cuenta que la materia prima son las hojas, que suelen pudrirse y morir después de que la piña haya fructificado. Las hojas recogidas se someten a un tratamiento especial, tras el cual se extraen las fibras necesarias y se utilizan para la producción de material posterior. Carmen Hyesa mostró los resultados de su trabajo en una feria y maravilló a los visitantes con una piel artificial de calidad. Pinatex es prácticamente indistinguible del original, por lo que llamó inmediatamente la atención del conocido fabricante de calzado. Además de zapatos, el material puede utilizarse para fabricar muchos otros artículos útiles. Un mal barrio: cómo un lago rico en peces se convirtió en pocos días en una masa de agua muerta
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