Este loro era tan enorme que los científicos no creyeron que existiera durante mucho tiempo. Durante varios años, los paleontólogos pensaron que los fósiles hallados eran los restos de un águila antigua, y sólo tras minuciosas búsquedas y comparaciones se descubrió que el hallazgo neozelandés no era más que una especie desconocida de loro extinguido.
Los restos fosilizados de un ave de gran tamaño fueron descubiertos hace más de 10 años en la región neozelandesa de Otago. Durante este tiempo, sin embargo, los científicos tuvieron dificultades para clasificar el hallazgo: estaba claro que nunca se había encontrado nada parecido. A juzgar por su tamaño, el antiguo pájaro era muy grande, por lo que inicialmente los biólogos buscaron entre las aves rapaces de la familia de los halcones. Pero resultó que no era un águila, sino un antiguo pariente de los loros. Los loros modernos más grandes y con mayor longitud corporal son los guacamayos: los loros jacinto, rojo y azul-amarillo. El tamaño de estas aves alcanza 1 metro, pero su peso no supera 1,5 kilogramos. Pero el loro más pesado es el loro búho. Este nativo de Nueva Zelanda no puede volar y pesa hasta 4 kilogramos. Los restos recién descubiertos del extinto loro parecen haber pertenecido a un ave que pesaba hasta 7 kilogramos. Un mal barrio: cómo un lago rico en peces se convirtió en pocos días en una masa de agua muerta El sensacional hallazgo tiene unos 19 millones de años. En aquella época, la Isla Sur tenía un clima tropical cálido. El material hallado aún no es suficiente para describir con más detalle la antigua especie, y los científicos siguen sin saber de qué se alimentaba la antigua criatura emplumada. Los paleontólogos no descartan que pudiera tratarse de un loro no volador. Los ecosistemas insulares aislados suelen dar lugar a nuevas especies de aves que evolucionaron para ser menos capaces de volar. Llegan a ser bastante masivos, como se ve en el loro búho, que es 2,5 veces más pesado que el loro volador más grande. Además, los científicos no descartan que este loro fuera un depredador: una dieta puramente vegetal no alimentaría a un organismo tan grande. Las excavaciones en la región de Otago continúan y es posible que los paleontólogos dispongan pronto de más material para estudiar el antiguo loro de tamaño inusual.
La nueva especie se llama Heracles inexpectatus
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