No hace falta volar al espacio exterior para ver un paisaje extraterrestre, porque hay lugares realmente fantásticos en nuestro asombroso planeta. Y quizá lo más insólito de todo sean las marismas. El suelo en esos lugares es tan rico en sal que, aparte de ella, no hay prácticamente nada: simplemente no deja crecer nada. Y realmente es como mirar desde otro planeta: a lo largo de varios kilómetros hay un suelo sin aliento cubierto de sal blanca o formado por piedras de sal.
Salar de Uyuni, en Bolivia: el mayor salar del planeta parece una estepa nevada sin fin. Para experimentar la magia de este lugar, hay que ir en época de lluvias: entonces la marisma salada se cubre de agua que refleja las nubes como un espejo.
Un mal barrio: cómo un lago rico en peces se convirtió en pocos días en una masa de agua muerta
Etosha en Namibia: la marisma salada cambia de color a lo largo del año, volviéndose blanca en la estación seca y verdosa en la lluviosa debido al limo y las algas. También podrá avistar fauna salvaje en las orillas del Etosha.
Salinas Grandes en Argentina: antaño un lago salado, hoy es un inmenso desierto blanco de 6.000 kilómetros con olas de calor de más de 40 grados.
El Jerid, en Túnez: un lago que, según el tiempo, se seca y se convierte en un pantano salado. Y el paisaje es realmente extraterrestre: aquí se rodó La Guerra de las Galaxias.
Campo de golf Devils en EE.UU.: un pantano salado formado en el lugar donde se secó el lago Manley, justo en medio del Valle de la Muerte.
El Salar de Atacama, en Chile: un salar que abarca tres mil kilómetros y contiene incluso varios lagos.
El lago salado de Deryacheye-Nemek, en Irán, que se convierte en una marisma salada en verano y vuelve a llenarse de agua en primavera.
Depresión de Makgadikgadi en Botsuana: contiene varios lagos que se convierten en marismas saladas en la estación seca. Pero la extensión salina aquí no es en absoluto interminable, como suelen serlo las marismas, sino que hay islas de arena en las que no sólo crece hierba, sino también árboles.
El reseco lago Bonneville, en Estados Unidos, que es tan suave que incluso se celebran aquí competiciones de coches y motos deportivas.
Lago Salar de Arizaro en Argentina: un salar al pie de los Andes, famoso por la pirámide Cono de Arita, que se alza justo en medio de un desierto blanco que quita el aliento.
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