Según los científicos europeos, el clima en Europa es cada vez más impredecible. El agotamiento por calor y la sequía son cada vez más frecuentes en toda la UE, pero también se producen lluvias torrenciales prolongadas que causan inundaciones. La sequía y los aguaceros no son buenos, pero el peligro es que tales anomalías meteorológicas tienen consecuencias de largo alcance: la desigual distribución de las precipitaciones ha hecho que los ríos europeos se vuelvan rápidamente poco profundos.
¿Qué está pasando con los ríos europeos?
Según los meteorólogos europeos, en 2018, 2019 y 2020 se observaron periodos prolongados sin precipitaciones en la región. En los últimos tres años, las precipitaciones de primavera y verano han disminuido con respecto a la media anual, y ni siquiera la llegada de fuertes lluvias ha salvado la situación: los ríos de Europa se han vuelto menos profundos.
En 2018, los expertos registraron un descenso récord de los niveles de agua en los ríos de la región: más de un tercio de los cursos fluviales de Europa sufrían escasez de agua en otoño. Y no se trata sólo de la reducción de las precipitaciones, sino también de la disminución del agua que solía llegar durante el deshielo estival de los glaciares. Esto supone un duro golpe no sólo para los ecosistemas acuáticos, sino también para la economía de la región, ya que mucho depende de la disponibilidad de caudales fluviales y del llenado de los ríos. El primero es el abastecimiento de agua a los grandes asentamientos, que a menudo se realiza tomando el agua de los ríos. Por supuesto, también hay fuentes alternativas, pero llevará tiempo cambiar a ellas, y con la tendencia general al agotamiento de los recursos hídricos, los lagos, embalses y acuíferos subterráneos también sufrirán escasez de agua al cabo de algún tiempo. En segundo lugar, está el funcionamiento de las centrales hidroeléctricas, que también dependen de un caudal fluvial estable. Además, no hay que olvidar el abastecimiento de agua para la agricultura y la navegación fluvial: estas áreas de actividad humana también sufrirán la reducción de las precipitaciones y el descenso del nivel de los ríos. En este contexto, los científicos reclaman ya una solución al problema del agua que pronto afectará a amplias zonas de Europa. Extravagantes trajes vintage de diferentes naciones que trascenderán la moda moderna Por supuesto, los países del norte de Europa y Escandinavia no necesitan preocuparse demasiado por esto por ahora – las principales dificultades recaerán sobre los hombros de los europeos que viven en el sur y centro de Europa. Los expertos señalan que la sequía es más aguda en el sur de la región, en los países de clima mediterráneo, pero también se ha observado una prolongada falta de lluvias en regiones más septentrionales. Desgraciadamente, los procesos atmosféricos globales están cambiando y las zonas climáticas se están desplazando gradualmente hacia el norte, obligando a las personas a adaptarse a las nuevas condiciones.
Río Elba, verano de 2020
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