Japón tiene un gran número de hermosos lagos, pero sólo una parte de ellos son famosos en todo el mundo. En cierto modo, esto se debe a su pequeño tamaño, así como a sus nombres, difíciles de pronunciar y de recordar. Pero hay un lago que ha recibido reconocimiento mundial, y no entre fotógrafos u operadores turísticos, sino en la comunidad científica de arqueólogos y paleontólogos. Se trata de un lago único, el lago Suigetsu, que contiene tesoros de valor incalculable para la ciencia.
Este lago se encuentra en la isla de Honshu, cerca de la bahía de Wakasa, y forma parte de un sistema lacustre que incluye cuatro masas de agua además de Suigetsu. El pequeño lago sólo mide 4,3 kilómetros y está rodeado por un paisaje de colinas. En conjunto, la masa de agua no diferiría de otra docena de masas de agua de todo Japón, salvo por una cosa: la espectacular periodicidad de la acumulación de sedimentos en el fondo del lago. Las inusuales propiedades de los sedimentos del fondo del lago se descubrieron a finales del siglo XX, pero por diversas razones los estudios a gran escala del Suigetsu no comenzaron hasta 2006. Resultó que cada año dos propiedades físicas y químicas diferentes cubren el lecho del lago. La primera capa está formada por algas diatómicas que viven en abundancia en el lago, mientras que la segunda es una capa de sedimentos típica de la mayoría de los lagos en forma de impurezas mecánicas y restos orgánicos. Pero lo que hace único a Suigetsu es que estas dos capas no se mezclan, creando una línea cronológica en la parte inferior año tras año, que cuenta la historia de la vida de nuestro planeta. La profundidad máxima a la que se extrajeron muestras para su análisis fue de 73 metros. En la cronología moderna, el campo de la ciencia histórica encargado de determinar la antigüedad y la secuencia de ciertos acontecimientos, las principales dificultades comienzan cuando los expertos van más allá de los 12.000 años. Mientras que los anillos anuales de los árboles y las técnicas de datación por radiocarbono ayudan a los científicos a analizar el pasado relativamente reciente, las dataciones más recientes plantean una serie de dificultades. En esta situación, el descubrimiento de un material geocronológico tan valioso ha supuesto una auténtica bendición para los científicos. Al comparar los sedimentos del lago Suigetsu con los estándares disponibles, los científicos pudieron corregir los acontecimientos de varios periodos de tiempo. Además, disponen de una herramienta única que puede utilizarse para afinar las dataciones existentes en 150.000 años. ¿Quién fue el legendario rey Arturo: mito o defensor real de los britanos?
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