En Mozambique hay un elemento natural asombroso, el monte Lico, que sólo se puede escalar con un equipo de escalada especial y una forma física adecuada. Pero, ¿qué les espera a los intrépidos escaladores en la cima? Una selva tropical única, intacta por la civilización moderna, que encierra muchos misterios. Pero lo interesante es que los científicos no fueron los primeros en llegar a la cima.
Por supuesto, la existencia de la montaña es conocida desde hace mucho tiempo por los lugareños de la provincia de Zambezia, donde se encuentra esta maravilla natural. Pero nadie ha llegado nunca a la cima: las escarpadas paredes hacen que la montaña sea inaccesible para las personas. Sus laderas casi verticales y su imponente altura -se eleva más de 700 metros sobre la llanura circundante- hacen que nadie haya sido capaz de decir qué hay en la cima. Lo que hay en la cima del monte Lico sólo podría juzgarse a partir de imágenes espaciales. Fue gracias a estas imágenes que los científicos se interesaron por la misteriosa montaña en 2012 y decidieron que debía organizarse una expedición para estudiar el singular ecosistema. Imagínese: en nuestro planeta, donde casi ningún ser humano ha puesto el pie, de repente hay una montaña en cuya cima nadie ha estado nunca. ¡Un auténtico mundo perdido! Nadie sabía exactamente qué había allí, qué plantas había y quién vivía allí. Correspondía a los participantes en la expedición organizada en 2018 responder a estas preguntas. Los premios más importantes del Imperio Ruso La expedición estaba dirigida por Julian Bayliss, un reputado entomólogo y especialista en escamas. Le encantó descubrir en la cima de la montaña una especie de mariposa desconocida para la ciencia. Pero sobre eso más tarde, primero los científicos tuvieron que llegar a la cima del Lico, lo que no resultó tarea fácil. Primero, un dron inspeccionó la montaña para encontrar la mejor ruta hacia la cima. Entonces se instalaron tres campamentos base y los escaladores profesionales tomaron el relevo, no sólo siendo los primeros en alcanzar la cumbre, sino también enseñando a los científicos los fundamentos de la escalada en roca para que ellos también pudieran subir al monte Lico. En la cima, les esperaba un auténtico paraíso para exploradores: una selva virgen donde nadie había talado árboles. Por supuesto, se encontraron muchas especies animales y vegetales interesantes en este asombroso bosque de tierras altas, incluidas algunas que no habían sido descritas previamente por los científicos. Diminutos camaleones, nuevas especies de insectos, abundancia de arañas y un pequeño número de aves emplumadas aún no han sido analizados para hacerse una idea de la fauna única que se ha desarrollado en el monte Lico. Pero lo más llamativo no son las nuevas mariposas y arañas. Se descubrió cerámica de arcilla en el denso bosque. ¿Quién pudo llevar hasta allí las vasijas de barro y, lo que es más importante, cómo llegó hasta allí, donde sólo podían entrar los montañeros tras un exhaustivo entrenamiento? Los lugareños dijeron que nunca habían estado en la cima y que no conocían a nadie que hubiera estado allí. Pero nos contaron que antiguamente había unos pequeños que no dejaban subir a nadie a la montaña. Qué clase de personas eran y dónde desaparecieron: estas preguntas siguen sin respuesta.
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