Una de las obras matemáticas más importantes de la historia es Principios, que fue escrita por el antiguo erudito griego Euclides alrededor del año 300 a.C. Se dedicó a la teoría de números y sentó las bases de las matemáticas. El libro ha sido popular durante siglos y se ha reimpreso muchas veces. Y fue esta obra la que se convirtió en el primer libro interactivo: las figuras podían «construirse» directamente en las páginas.
Beginnings fue el primer libro de texto de matemáticas impreso en una imprenta. Según algunas estimaciones, sólo es superada por la Biblia en número de ediciones. Constituyó la base de todos los manuales escolares: la teoría del antiguo matemático griego se denomina hoy geometría euclidiana o geometría elemental. Pero queremos detenernos en la edición quizá más interesante de Los comienzos de Euclides: en 1570 la obra fue traducida por el británico Henry Billingsley, y sus libros se diferenciaban de todos los demás por ser, como se dice ahora, interactivos. Billingsley fue un comerciante graduado en Cambridge que más tarde se convirtió en alcalde de Londres. En el siglo XVI, Inception se utilizaba en latín, pero el británico decidió traducir el antiguo original griego al inglés. El hombre realizó una ingente labor: tradujo trece de los libros de Euclides y añadió tres más a sus obras, que fueron atribuidas a las matemáticas. Además de las obras del erudito, también tradujo al inglés todo tipo de escritos de comentaristas, tanto antiguos como contemporáneos suyos. Todo ello escrito de forma fácil y razonablemente accesible (por supuesto, tan accesible como sea posible en este trabajo académico). Los premios más importantes del Imperio Ruso Como resultado, miles de páginas salieron de debajo de su pluma. Y uno de los libros era realmente único, porque había modelos tridimensionales que se podían plegar directamente en las páginas. Estos aditamentos realizados en el Libro XI podían demostrar claramente diversas figuras geométricas y teoremas. Todos ellos se recortaron y pegaron a mano en los libros. Así pues, los Comienzos en la traducción de Billingsley fue el primer libro con tal característica. Aunque la obra del británico ha sido amada durante siglos por su sencillez, Billingsley cometió un error ridículo. Confundió a Euclides de Alejandría con Euclides de Megara, que no era matemático en absoluto, sino filósofo y alumno de Sócrates. Por ello, los libros de la traducción de Billingsley suelen denominarse «La Geometría del antiquísimo filósofo Euclides de Megara». En el siglo XIX, los matemáticos británicos empezaron a cuestionar la autoría de la traducción: algunos atribuyeron la traducción de Beginnings a un sacerdote que había vivido en la casa de los Billingsley durante muchos años, otros creyeron que otro matemático, John Dee, había traducido la obra de Euclides. Estas dudas perduran hasta nuestros días. A pesar de este problema, el autor hizo un trabajo realmente titánico.
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