La elaboración del vino y su parte importante -el proceso de cultivo de la uva- sólo parece a primera vista una actividad tediosa para los románticos franceses y los pausados italianos. Lo cierto es que, para obtener uvas de la mejor calidad, los agricultores tienen que comprobar todos los días el estado de los viñedos y pasarse todo el día en la viña en la época de la vendimia. Y si se poseen cientos o incluso miles de hectáreas de uva, incluso con la ayuda de trabajadores es difícil controlar la presencia de plagas y enfermedades, así como el grado de preparación de la uva para la vendimia. A menudo, las laderas se encuentran en condiciones microclimáticas diferentes y cada variedad tiene un tiempo de maduración distinto. Pero para ayudar a los viticultores, los drones ya están disponibles en muchas de las principales bodegas de Europa y América.
La primera colaboración entre drones y bodegas comenzó ayudando a tratar las plantaciones con pesticidas e insecticidas. Los drones volaban sin descanso a grandes distancias y entregaban los productos químicos con precisión en el objetivo. Con el tiempo, los drones se han vuelto más inteligentes y su gama de aplicaciones se ha ampliado considerablemente. Gracias a unas cámaras que reconocían la presencia de plagas o enfermedades en cada arbusto concreto, los drones pudieron realizar tratamientos puntuales con pesticidas. Este planteamiento redujo el consumo de pesticidas y minimizó los daños a las abejas y otros insectos beneficiosos. Cinco razones por las que me encanta Kuala Lumpur Con las cámaras de infrarrojos, los drones pueden ver lo que ni siquiera el agricultor más experimentado puede ver. Y sus posibilidades no se limitan a encontrar vides muertas o enfermas o a detectar plagas. Los drones equipados con estas cámaras pueden analizar las condiciones del suelo, en particular su humedad, para elaborar un plan de riego. Además, la cámara puede registrar el grado de madurez de las bayas, lo que ahorra a los viticultores las tediosas rondas diarias por los viñedos. Australia planea utilizar drones en un futuro próximo para combatir las aves que destruyen los cultivos. Innumerables enjambres de cacatúas vuelan a los viñedos justo a tiempo para que maduren las bayas, por lo que para los agricultores esas visitas suponen la pérdida de la mayor parte de su cosecha. La nueva técnica ya ha sido probada, y los drones pronto actuarán como guardas de campo contra los huéspedes emplumados no invitados.
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