Se dice que Mahoma amaba a los gatos, así que cualquier turco decente sigue el ejemplo del Profeta. Se alimenta a los gatos, se les construyen casas, se les permite dormir en las encimeras y entrar en las casas. Por eso, los gatos de Turquía son personas alimentadas, alegres y confiadas. Un buen ejemplo de ello fue el reciente suceso en el que una gata llevó a su gatito al puesto de socorro.
Entró con confianza en la sala del personal y esperó. La gata depositó confiadamente el gatito a los pies de los médicos y «pidió» que lo examinaran. El personal se mostró animado en esta situación. Se examinó a ambos gatos peludos y parecían estar bien. Extravagantes trajes vintage de diferentes naciones que trascenderán la moda moderna Después les dieron algo de comer y aun así los mandaron a una revisión con el veterinario adecuado, por si acaso. El bienestar animal se introdujo oficialmente en Turquía en 2006. Los animales son castrados, astillados, tratados si es necesario y liberados. Este programa está financiado por el Estado. Todo el mundo sabe que no se perderá ningún animal. Cada tienda tiene un comedero, se colocan cubos con agua limpia en las calles e incluso en las playas todos los días y se construyen casas para los hermanos en parques públicos. Aquí se puede acariciar a cualquier perro o gato sin miedo a que se muestre intimidado o agresivo.
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