Resulta que nuestras preferencias para que nos gusten determinadas mascotas están fijadas a nivel genético. Al menos ésa es la conclusión a la que han llegado científicos suecos junto con sus colegas del Reino Unido, que estudiaron a gemelos y su predisposición genética a tener perros como mascotas.
Dado que los perros han convivido con los humanos durante más de 10.000 años, los científicos han especulado con la posibilidad de que durante este tiempo se haya formado algún tipo de vínculo entre humanos y perros, cimentado a nivel genético. Para probar su teoría, los investigadores analizaron el material genético de más de 35.000 gemelos que participaron en el experimento. Entre los sujetos suecos había gemelos con idéntico material genético y gemelos con idéntico material genético. Las investigaciones han demostrado que en más de la mitad de los casos la preferencia por tener un perro se debe a características genéticas, concretamente a la presencia de una mutación específica. Y esta peculiaridad aparece tanto en hombres como en mujeres, y también es independiente de la edad, ya que en el experimento participaron gemelos de entre 10 y 80 años. Por supuesto, la presencia de esta mutación no significa que esas personas vayan a tener necesariamente un perro, porque son muchos los factores que influyen en la disponibilidad de una mascota, desde las posibilidades económicas y de vivienda de la familia hasta las alergias al pelo de algunos familiares. Sin embargo, la predisposición genética significa que si una persona está pensando en tener un animal de compañía, es más probable que sea un perro que un gato o un hámster, por ejemplo. Los hallazgos plantean nuevos retos a los científicos, y los genetistas de la Universidad de Uppsala seguirán trabajando en el futuro para identificar los mecanismos exactos de tales vínculos genéticos entre humanos y animales de compañía. Extravagantes trajes vintage de diferentes naciones que trascenderán la moda moderna
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