En Siria, hay un enorme embalse en el río Éufrates llamado El Asad. El embalse artificial de agua dulce, creado hace casi 50 años, es sumamente importante para esta árida región. Pero, como suele ocurrir, la construcción del embalse ha dejado a su paso algunos interesantes monumentos antiguos. Bajo las aguas del Éufrates se encuentra el antiguo asentamiento de Abu Hureira, que los científicos creen que fue destruido por el contacto de un meteorito.
La investigación sobre este asentamiento se llevó a cabo en 1972-1973, justo antes de que comenzara el llenado del vaso del embalse. Aunque los trabajos se hicieron con prisas, ya que la presa tenía que estar terminada a tiempo, los científicos pudieron aprender mucho sobre este asentamiento único. Los habitantes de Abu Hureyra (Tel Abu Hureyra) empezaron a cultivar cereales hace unos 11.500 años y fueron de los primeros en pasar de la recolección de plantas silvestres a la agricultura. Aunque la caza y la recolección siguieron siendo los principales medios de extracción de alimentos, se sabe que ya en el 9.500 a.C. la población local cultivaba centeno. El cambio climático parece haberles obligado a empezar a cultivar sus propias cosechas: había menos precipitaciones y la naturaleza ya no podía satisfacer la demanda humana de alimentos. Pero lo interesante no es el éxito agrícola de estas personas. Resulta que en la zona cayeron fragmentos de meteorito, algunos de los cuales causaron la destrucción del pueblo. Un mal barrio: cómo un lago rico en peces se convirtió en pocos días en una masa de agua muerta Un mensajero del espacio exterior se desplomó cerca del embalse de El Asad hace unos 12.800.000 años. Esta fecha se determinó a partir del análisis de las muestras de suelo disponibles en la zona. El suelo local contenía diminutos trozos de vidrio fundido, así como magnetita y otros minerales que mostraban huellas de altas temperaturas. El hecho de que los trozos de vidrio se encontraran no sólo en el suelo, sino también entre los restos de grano y en el interior de las viviendas, sugería que la caída o la explosión en el aire de un cuerpo celeste había destruido el asentamiento. Como consecuencia de la explosión del meteorito -y la mayoría de los investigadores se inclinan a creer que fue una explosión y no una caída- la gente tuvo que reconstruir el pueblo en ruinas. Al parecer, la mayoría de los habitantes de Abu Hureyra consiguieron sobrevivir al impacto de los elementos, porque pronto surgió aquí un nuevo asentamiento. Pero eran de la misma cultura, como lo demuestran herramientas similares. Sobrevivieron a la tormenta y reconstruyeron su asentamiento, que unos miles de años más tarde se convirtió en uno de los centros de agricultura progresiva de Oriente Próximo.
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