No siempre es lo que queremos y lo que podemos hacer. Sobre todo cuando se trata de desarrollar inventos. Los proyectos que nunca llegaron a materializarse son los que se comentarán a continuación.
Rainmaker
¿Sabías que Maine tiene un clima bastante seco? Esto plantea un problema si piensas cultivar arándanos, por ejemplo. Ese es el tipo de problemas a los que se enfrentó Wilhelm Reich. Cultivar arándanos era uno de los pasatiempos favoritos de Reich, pero el tiempo resultó ser un completo obstáculo para sus planes. Así que Wilhelm decidió crear un dispositivo que pudiera hacer llover cuando él quisiera. Eligió un día en el que no había previsión de lluvia y puso en marcha su Cloudbuster. Unas horas más tarde, empezó a llover y nubes de tormenta cubrieron el cielo. Pero, por alguna razón, el gobierno no apreció los esfuerzos de Reich y, tras el primer intento con éxito, abandonó el proyecto.
Foto: Pexels/pixabay.com Sea cual sea tu actitud hacia el cannabis, argumentar que puede ser una buena materia prima es inútil. Si el cáñamo no estuviera catalogado como sustancia ilegal, podría ser un biocombustible bueno y, lo que es más importante, respetuoso con el medio ambiente. El cáñamo solía utilizarse para fabricar etanol de cáñamo, pero luego, cuando se prohibió, se pasó al maíz. Por cierto, fue en vano: el etanol de cáñamo, a diferencia del etanol de maíz, es menos nocivo para el medio ambiente y más eficaz. El código Sloot podría haber causado una conmoción digital en su día, si no fuera por un «pero». Romke Jan Bernhard Sloot, como ingeniero, inventó un interesante dispositivo digital. Creó un código que debía comprimir gigabytes de información e incluso consiguió probarlo en la práctica. Quién le iba a decir que sería capaz de ejecutar 16 películas simultáneamente desde un chip de 64 kilobytes. El éxito se debió a la prematura muerte del inventor, pero el código no pudo transmitirse. Si quieres ver cómo eran los inventos más insólitos del siglo pasado, consulta nuestra otra publicación. Los premios más importantes del Imperio Ruso Foto: Elchinator/pixabay.com ¿Te gustaría tener a mano un reactor casero? El inventor que trabajó en él pensó que era un dispositivo prometedor. Según él, podría suministrar electricidad a todo un barrio. Sin embargo, en el punto álgido de la producción, el proyecto se cerró y todos los documentos asociados a él se evaporaron. Suena divertido, ¿verdad? Al parecer, Nikola Tesla también pensaba lo mismo. Creó un sistema para transmitir electricidad de forma inalámbrica, pero su laboratorio sufrió un incendio en el que también se quemó una maqueta del aparato. El inventor no quiso retomar la idea después del suceso, por lo que el proyecto cayó en el olvido. Hace poco escribimos sobre qué conceptos aparecieron primero en la Unión Soviética y luego en otros países, léelos aquí.
Biocombustibles de cáñamo
Foto: newsyou.info
Código Sloot
Inicio energía nuclear
Foto: gndn.files.wordpress.com
Electricidad gratuita
Foto: Hans/pixabay.com
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