Los ciclones tropicales suelen empezar a hacer estragos a finales de verano y principios de otoño. Los habitantes del Atlántico occidental lo saben de primera mano y se preparan con antelación para la temporada de huracanes. Pero hay excepciones, cuando una o dos tormentas tropicales potentes se forman antes de la temporada principal e intervienen inesperadamente en el Caribe y el sur de EE.UU. Tal ha sido el caso esta temporada. Este año 2020 ya han azotado la costa tres tormentas tropicales, un récord histórico.
Según los servicios meteorológicos, un tercer huracán suele llegar a la costa a mediados de agosto, y hay más por venir. Pero este año ya han azotado el Golfo de México tres tormentas: Arthur, Bertha y Cristóbal. Según la clasificación meteorológica, si un ciclón supera los 63 km/h, se clasifica como tormenta tropical y se vigilan de cerca sus movimientos, ya que supone un peligro para la población y las infraestructuras. Normalmente se forman en el Atlántico unos 6 ciclones peligrosos por temporada, que, desplazándose hacia el oeste, se convierten en formidables fenómenos naturales. También hay innumerables ciclones más débiles que mantienen en vilo a todo el mundo, pero que no causan daños tangibles. Pero este año, mucho antes incluso de que empezara la temporada principal, el Golfo de México recibió la mitad de la norma anual de tormentas tropicales, y esto preocupa mucho a los científicos. Los expertos coinciden en sus predicciones: esta temporada de huracanes no será fácil. Existe una alta probabilidad de que nueve potentes ciclones alcancen la costa y causen pérdidas significativas. Estas previsiones son coherentes con la teoría general de un aumento de la actividad ciclónica en la región. Desde la década de 1980, los expertos han registrado un aumento del número de potentes tormentas tropicales y de su poder destructivo. ¿Por qué ocurre esto? Cinco razones por las que me encanta Kuala Lumpur La causa más probable es el calentamiento del planeta. Cada año, el océano se calienta más rápidamente a medida que avanza la estación estival y las corrientes de aire cálido ascendentes forman ciclones. Cuanto mayor sea el sobrecalentamiento de la superficie del agua, más probable será que se forme un huracán fuerte, con potencia suficiente para alcanzar las islas del mar Caribe y la costa de Norteamérica. Por desgracia, la situación es similar en los océanos tropicales Índico y Pacífico. El número de huracanes aumenta cada temporada y su creciente impacto en la vida de las personas y las economías de las regiones afectadas es alarmante.
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