La humanidad avanza en la exploración espacial, a punto de volver a la Luna y de lanzar astronautas a Marte. Cada país tiene sus propios objetivos, pero ¿qué se puede esperar de él, embarcado en viajes lejanos y peligrosos? ¿Puede un país reclamar un trozo de la superficie lunar y declarar la propiedad de un cráter en Marte rico en elementos preciosos? Por el momento, el espacio se considera neutral, pero ¿hasta qué punto es factible mantener este estatus?
El Tratado del Espacio Exterior de 1967 estipula que el espacio exterior no puede utilizarse para desplegar armas de destrucción masiva. Además, este tratado regula las reivindicaciones territoriales: ningún Estado puede pretender apropiarse de parte de la Luna, Marte o cualquier otro cuerpo espacial. El documento se redactó y adoptó hace más de 50 años y mucho ha cambiado en nuestro mundo desde entonces. Por ejemplo, cada vez hay más razones para violarlo, ya que ha resultado que hay muchos recursos valiosos en el espacio y ya existe la capacidad y la tecnología para extraerlos. La NASA ha decidido adelantarse a las potencias espaciales y ha elaborado sus propias reglas para la exploración espacial. La empresa estadounidense propone empezar por la Luna, y el documento detalla las normas de conducta en nuestro satélite. Además de a la Luna, las nuevas normas se aplicarán también a Marte y a cualquier otro cuerpo espacial que la humanidad pueda alcanzar. La NASA afirma que los países tienen derecho a explorar en busca de minerales en la Luna y establecer los límites de las zonas que pretenden utilizar. Los demás países deben respetar estas fronteras y no invadir el espacio de otras naciones. El documento también establece que las actividades de exploración espacial no deben invadir partes de la superficie lunar que tengan un significado histórico, como el lugar del alunizaje. En otras palabras, los estadounidenses no quieren que otros países visiten el lugar donde sus astronautas aterrizaron en nuestro satélite. Los premios más importantes del Imperio Ruso Por supuesto, se trata de una iniciativa personal de la NASA, este tratado no está avalado por la comunidad internacional y no ha sido debatido en ninguna reunión ni conferencia. Sin embargo, el propio deseo de la corporación estadounidense de ejercer la propiedad fuera de la Tierra puede ser el comienzo de una nueva carrera por los recursos, esta vez por los recursos espaciales. Hace unos meses, por cierto, el presidente estadounidense ya firmó una ley para extraer recursos de la Luna. EE UU, China y Rusia trabajan para enviar astronautas a la Luna, pero la NASA pretende hacerlo ya en 2024. Así, los ciudadanos estadounidenses serán los primeros en estar en la Luna en las actuales realidades de reparto del espacio, por lo que se apresuran a asegurarse su derecho a los recursos y territorios del satélite. El tiempo dirá cómo responderán otras naciones espaciales a esta iniciativa, pero por ahora sólo podemos esperar a ver quién será el primero en poner un pie en la Luna y dar a conocer sus reivindicaciones territoriales.
Comparte esto: