Las viejas minas de carbón que han sido desmanteladas son siempre un gran problema. Los huecos que quedan pueden provocar derrumbes catastróficos, y la zona cubierta por la roca estéril requiere una recuperación y una inversión considerable. Pero los científicos han ideado una solución original a este problema: muchas minas abandonadas de toda Gran Bretaña pueden convertirse en granjas de hortalizas.
Investigadores de la Universidad de Nottingham creen que las viejas minas de carbón podrían ser rentables y servir al bien público. Proponen un proyecto en el país llamado Deep Farming, que permitiría producir verduras y hortalizas en minas de residuos innecesarios sin ocupar tierras de cultivo útiles. A pesar de la falta de luz solar, una mina con su vasta extensión subterránea es un lugar adecuado para un complejo de invernaderos. En el subsuelo se forma un microclima estable que no se ve afectado por factores externos, como suele ocurrir en la superficie, sobre todo en las regiones de clima templado. Cinco razones por las que me encanta Kuala Lumpur Por supuesto, la falta de luz requeriría un sistema de luz ultravioleta artificial, pero los expertos estiman que el coste de proporcionar luz a las plantas no es comparable al de calentar invernaderos situados en la superficie. Además, pueden aprovechar las aguas subterráneas que suelen brotar a niveles inferiores en las minas de carbón. Los científicos calculan que una granja consume aproximadamente la misma cantidad de energía que 3 viviendas particulares y que se pueden cultivar hasta 10 cosechas de hierbas al año.
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