Todos sabemos que los humanos pueden bostezar si ven bostezar a otro humano. Sin embargo, un investigador de África ha observado que no sólo los humanos tienen esta capacidad, sino también los elefantes. Y los elefantes no sólo bostezan tras los miembros de su propia especie, sino también tras sus amigos bípedos.
bostezo y te diré lo que está mal
El bostezo tiene muchas explicaciones. Van desde la fatiga y la somnolencia triviales hasta el funcionamiento irregular del corazón. Con esta sencilla acción, liberamos tensiones y refrescamos el aire de nuestros pulmones. Pero más allá de las razones fisiológicas, el bostezo podría ser el resultado de una respuesta de las neuronas espejo.
Lo suelen manifestar los niños cuando imitan alguna acción de sus padres. Se apoyan en la autoridad de sus mayores para imitarles y aumentar así su adaptación al mundo que les rodea. Más adelante, la necesidad de este tipo de visión del mundo queda obsoleta y el niño maduro empieza a pensar de forma independiente. Sin embargo, esta reacción no parece desaparecer por completo, y también se manifiesta en forma de bostezos. La contagiosidad del bostezo es bien conocida. En Internet se pueden encontrar fotos y vídeos de personas o animales abriendo mucho la boca, después de lo cual es difícil resistirse a la tentación. Algunos incluso sugieren comprobar si te están mirando. Sólo tienes que bostezar una vez y esperar a que lo haga la persona que quieres conocer. Y no sólo dentro de la vista se puede hacer esto. Aparte de nuestros parientes primates, un perro también puede bostezar siguiendo a su dueño. Sin embargo, hasta hace poco no se habían documentado casos graves interespecíficos de bostezos contagiosos, en los que el animal no convive de forma permanente y directa con el hombre. Los premios más importantes del Imperio Ruso Un trabajador del parque africano ha estado estudiando a los elefantes que viven en la reserva desde hace mucho tiempo. Muchos de los ejemplares eran huérfanos o habían sido rescatados de trampas, por lo que el trato que reciben estos animales no es el habitual. Se les ha tratado y cuidado, y los humanos se han convertido en algo propio para ellos. Teniendo en cuenta la elevada inteligencia de sus sujetos, la investigadora puso a prueba su teoría. Y los elefantes empezaron a bostezar de verdad tras las personas que los cuidaban. Es decir, la reacción imitativa es evidente. Por supuesto, podrá observar que estos animales se encuentran en el territorio de la reserva y están bastante socializados. Por lo tanto, no tiene nada de especial. Aunque el bostezo contagioso en animales salvajes es un hecho poco frecuente, es más probable que no llame la atención de los científicos muy a menudo, ya que encontrarlo requiere una observación a largo plazo.
Bostezando, nos entra más aire fresco en los pulmones.
¿Qué ha pasado?
Elefante ‘infectado’ por el bostezo humano
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