Resulta que los gigantes existieron de verdad: la cultura kithiana desapareció hace unos 8.000 años, y en el siglo XXI ha aparecido ante los científicos en forma de numerosos artefactos. Estos antiguos africanos eran sencillamente gigantes, ya que su altura media superaba los dos metros. La estatura media de un hombre moderno es de 1,6-1,7 metros.
Las fotografías de nuestra selección representan a chipriotas, pero son reconstrucciones libres de la artista digital y fotógrafa Alice de Kruijs, que vive en los Países Bajos. Es una apasionada de la cultura africana y está especializada en retratos. A través de su obra (que es, por supuesto, su fantasía), nos proponemos conocer mejor la cultura chipriota de África, cuyos representantes eran auténticos gigantes comparados con nosotros.
En 2000, el paleontólogo Paul Sereno viajó a Gobero, en el Sáhara, que pertenece al país de Níger. Viajaba por una razón: encontrar fósiles de dinosaurios. Pero no sabía que no volvería como paleontólogo, sino como antropólogo. El caso es que, en lugar de huesos de dinosaurio, encontró algo igualmente importante: un cementerio de la Edad de Piedra, que sigue siendo hoy en día el mayor cementerio de esta época en África. Entonces Sereno vio huesos humanos que sobresalían de la arena mientras pasaba en su coche de equipo. Tres años después, otra expedición regresó a la zona para investigar el descubrimiento con más detalle. Se han estudiado unos 200 enterramientos y, por supuesto, los diversos artefactos hallados en la zona. Resultó que los huesos pertenecían a personas de dos culturas completamente distintas y, según los criterios modernos, los miembros de una de ellas eran auténticos gigantes. Los citadinos habitaron estos territorios hace unos 10.000 años, entre el 7700 y el 6200 a.C. Hoy el Sáhara parece un desierto muerto, pero antaño rebosaba de vida. Por cierto, ya se ha descrito cómo y cuándo el Sáhara se convirtió en un desierto. Los citianos llegaron a estos territorios tras la última glaciación y eligieron como hogar el Sáhara moderno, donde había un lago grande y profundo. El lago albergaba moluscos y grandes peces, un antepasado de la moderna perca del Nilo, y la fauna circundante se asemejaba a la sabana actual. Había grandes animales -rinocerontes, antílopes, elefantes- y la gente los cazaba. Sin embargo, para cazar animales tan enormes hay que tener una gran fuerza. Los citianos debían de tener ese poder, pues eran auténticos gigantes: medían más de dos metros. Un mal barrio: cómo un lago rico en peces se convirtió en pocos días en una masa de agua muerta Según los hallazgos, independientemente del sexo, estas personas medían al menos 1,8 metros de altura, muchas de ellas 2,15 metros. Un esqueleto fuerte sostenía un cuerpo fuerte, que debía nutrirse de alimentos proteicos, que a su vez se obtenían cazando grandes animales. Los gigantes vivieron aquí durante algo más de un milenio, tras lo cual se vieron obligados a abandonar la tierra local. La población se marchó a causa de la primera desertización del Sáhara, seguida de una grave sequía. Después, el territorio kifo fue ocupado por otra cultura, la de los Tenerianos. Sus restos también se encontraron en Gobero. Según los estudios dentales, los citianos fueron los antepasados de los protobantúes, que se convirtieron en los antepasados comunes de los pueblos que habitaban el oeste del continente. Un cementerio de gigantes no es ni mucho menos el único hallazgo insólito en el Sáhara. Por ejemplo, te hablamos de una cueva en lo profundo del desierto donde se pinta a gente flotante, y de un valle de ballenas entre las arenas. Foto: www.alicedekruijs.com
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