Miles de zoológicos y acuarios de todo el mundo se han quedado sin visitantes mientras dure la cuarentena. En cuestión de semanas, los animales se han destetado del gran número de personas, y los biólogos han observado un cambio en su comportamiento. Temen que las repentinas vacaciones puedan tener un impacto negativo en algunos de ellos, como los peces del acuario Sumida de Tokio. Se han vuelto tan salvajes que ahora tienen miedo de las personas, lo que nunca había ocurrido antes.
En este popular acuario de la capital japonesa viven pequeñas anguilas entre otros habitantes. Las anguilas de jardín moteadas están acostumbradas desde hace tiempo a que cada día, a la misma hora en que se abren las puertas del acuario, la gente entre en la sala, se acerque al cristal que separa su mundo acuático del exterior, fotografíe a los animales y se haga selfies. Por supuesto, toda esta vida ruda no es nada familiar para sus hermanos salvajes, pero las anguilas de acuario están acostumbradas a la mayor atención del público. Con el inicio de la pandemia todo cambió. Las salas vacías y el contacto poco frecuente con los cuidadores del acuario han hecho que los peces vuelvan a ser precavidos y circunspectos por naturaleza. Las anguilas tienen un modo de vida interesante. Viven en profundas madrigueras excavadas en el suelo arenoso. Suelen asomar la cabeza y la parte delantera del cuerpo por el agujero, y se refugian en caso de peligro. Los habitantes del acuario están acostumbrados a las personas y no les tienen miedo, pero tras unas semanas de cuarentena se han vuelto muy recelosos: ya no es posible acercarse a mirar a los peces, pues se esconden. Extravagantes trajes vintage de diferentes naciones que trascenderán la moda moderna Una vez que se levantan las restricciones y vuelve la gente, los peces pueden estresarse. Incluso la aparición poco frecuente y cautelosa de los empleados del parque acuático les provoca una reacción de pánico e inmediatamente se esconden en sus agujeros. Para impedir que se sigan asilvestrando, la dirección del acuario de Sumida ha instalado una cámara delante de los tanques de las anguilas. Quien lo desee puede llamar y admirar a los peces en línea, para que vuelvan a experimentar la presencia humana. Quienes deseen participar en la socialización de los peces pueden llamar por la mañana y observar a los peces, pero es aconsejable observar un régimen especial, no hablar en voz alta y no hacer movimientos bruscos. El personal tiene muchas esperanzas de que estas cámaras creen una atmósfera de presencia humana y permitan a las anguilas volver a su antigua forma de vida.
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