Ay, lo que ardió el día del nefasto incendio de Notre Dame nunca podrá recuperarse. Pero los ingenieros confían en que las partes afectadas de la catedral puedan reconstruirse con la máxima precisión, hasta la composición química del yeso quemado o la textura de los bloques de piedra.
Entusiastas de una empresa proponen restaurar partes perdidas de Notre Dame con una impresora 3D. Si se recogen y trituran las cenizas y los fragmentos de piedra del lugar del incendio, podrían convertirse en la base para imprimir nuevos elementos. De este modo, según los ingenieros, no sólo se logrará la identidad de color y textura, sino que también se preservará el espíritu histórico del edificio. Pero con las herramientas modernas de tallado de piedra ya no será posible reproducir las irregularidades de la superficie que los antiguos artesanos producían con herramientas manuales. Según los expertos, no debería ser difícil reconstruir la pieza perdida. Los ingenieros disponen de un detallado modelo tridimensional de la catedral, compuesto por más de mil millones de puntos. Además, Francia posee un rico patrimonio histórico en forma de numerosos castillos y palacios, por lo que en el país hay un número suficiente de restauradores altamente cualificados. Un mal barrio: cómo un lago rico en peces se convirtió en pocos días en una masa de agua muerta Pero mientras que los bloques de piedra, las estatuas y los elementos decorativos no deberían suponer ningún problema, la restauración del tejado de madera parece más problemática. El hecho es que los elementos de madera del tejado de la catedral simplemente no pueden recrearse en su forma original. El tejado, completamente calcinado, era de madera de roble, y en total se talaron unos 1.300 árboles para la construcción. Por supuesto, los robles siguen creciendo hoy en día, y abundan en Europa. Pero el problema es que no son el mismo tipo de robles que crecían en la Francia del siglo XII: son mucho más bajos y de menor diámetro. Los robles centenarios utilizados en la construcción de la catedral tenían entre 400 y 500 años. Desgraciadamente, hoy en día el número de estos raros ejemplares es muy limitado y en muchos aspectos son inferiores a sus poderosos antepasados. Además, no hay forma de utilizarlos como materia prima, ya que en su mayoría están protegidos.
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