A menudo oímos que cuando todo el hielo del Ártico se derrita en verano, lo que ocurrirá muy pronto, los osos polares no sobrevivirán a ello. Ya hoy, cuando el hielo a la deriva se reduce y el invierno se retrasa, podemos ver que los osos tienen problemas: se mueren de hambre porque no pueden cazar como es debido. Pero, ¿cómo salvar a los habitantes de los osos polares, que no son culpables de nada? Muchas personas que se preocupan por los osos sugieren reubicarlos en la Antártida, donde la situación no es tan grave y el hielo no desaparece tan rápidamente. Pero, ¿qué ocurriría si se trasladara a los osos polares a la Antártida para rescatarlos, es posible?
Para empezar, para mantener plenamente una población viable, no habría que trasladar 10 o 20 animales, sino un número suficientemente grande. Para que los osos polares no acaben teniendo los mismos problemas genéticos que los guepardos actuales o los mamuts extintos, la población debe constar de al menos 500 individuos. Los biólogos determinan diferentes tamaños mínimos de población para las distintas especies animales, y en el caso de los vertebrados esa cifra oscila entre 500 y 5.000 individuos. Así que, si se quiere reubicar a los osos, habría que transportar al menos 500 animales grandes, y eso requeriría enormes recursos para capturarlos, transportarlos al otro lado del mundo y luego adaptarlos. Existe el riesgo de que los animales, una vez al otro lado del planeta, no sean capaces de adaptarse con éxito. Imagínese que decide trasladar animales, por ejemplo, en primavera, en mayo. Los osos salen de la hibernación, son capturados rápidamente, cargados en barcos y llevados al sur. No es un largo camino a la Antártida – el viaje por mar durará no menos de 30-40 días, todo este tiempo los animales estarán en condiciones inusuales para ellos, sentirán estrés y necesitarán más atención. Un mal barrio: cómo un lago rico en peces se convirtió en pocos días en una masa de agua muerta Los osos llegarán a la Antártida a finales de junio o principios de julio, en plena noche polar e invierno. En función de las condiciones, tendrán que dormir, pero sus ritmos biológicos están alterados, ya que se han despertado recientemente y no hibernarán. Si deciden ser transportados en otoño o son capturados y puestos artificialmente en hibernación, el resultado será más o menos el mismo: el Ártico y el Antártico son dos mundos similares, pero las estaciones nunca coinciden en ellos. Es imposible adivinar cómo será la adaptación en tal caso, pero probablemente no será fácil. No cabe duda de que la aparición de osos polares en las costas de la Antártida y su exitosa adaptación provocarán la muerte de los ecosistemas locales. Esta especie no tiene homólogos locales, ni animales similares que ocupen el mismo nicho ecológico, lo que significa que la fauna local no está en absoluto preparada para su aparición. Y si en su hábitat nativo los osos polares se alimentan principalmente de focas, aquí el eslabón débil serán no sólo los pinnípedos locales, sino también otras especies, como los pingüinos. Estas grandes aves son rápidas nadadoras y no pueden ser atrapadas por el oso en el agua, pero sus polluelos son muy vulnerables. El oso es un excelente nadador y se extenderá rápidamente por toda la Antártida, así como por las islas adyacentes, amenazando la extinción de los pingüinos. Se podrían dar ejemplos sin fin: el ecosistema local ha evolucionado durante cientos de miles de años sin osos polares y su aparición perturbaría la vida habitual y llevaría a algunas especies al borde de la extinción. Estas son sólo las consecuencias visibles de la deslocalización de osos, que son fáciles de prever, pero sin duda también hay circunstancias que no podemos analizar. Una cosa está clara: el traslado de los osos polares a la Antártida no hará ningún bien ni a los osos ni a las especies autóctonas de esta región.
El traslado sería muy caro
Cuánto les gusta a los osos
Cómo les gustará a los demás habitantes de la Antártida
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