En el siglo XXI, las redes sociales se han convertido en una parte importante de la vida de los adolescentes en la mayor parte del mundo. El deseo constante de aparecer «perfectas» en las fotos que cuelgan en sus cuentas puede provocar diversos problemas de autoestima. Psicólogos e investigadores de todo el mundo están muy preocupados por las tendencias actuales. Para arrojar algo de luz sobre el problema, la agencia creativa británica M&C Saatchi, en colaboración con el fotógrafo John Rankin Waddell, creó el proyecto fotográfico Selfie Harm.
En una entrevista, el fotógrafo dijo que experimentó con aplicaciones para adolescentes para ver qué podía hacer con ellas. Rankin fotografió entonces a jóvenes de entre 13 y 19 años y les pidió que ellos mismos editaran sus fotos para que creyeran que estaban listas para ser publicadas en Internet.
El resultado del experimento fue bastante inquietante. Se demostró que casi todos los participantes no aceptaban su aspecto tal como era. Cada uno de ellos tenía el rostro transformado de una forma u otra, y algunos habían cambiado su aspecto hasta quedar irreconocibles. Nadie desea que sus amigos y seguidores en las redes sociales lo vean como algo natural. Echemos un vistazo a lo que los hombres se hacían a menudo en la cara.
Un mal barrio: cómo un lago rico en peces se convirtió en pocos días en una masa de agua muerta
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