Aunque los guepardos son cazadores consumados y las criaturas terrestres más rápidas, tienen una debilidad. Es genética. Resulta que los guepardos son muy vulnerables, y todos los intentos de recuperar su población no tienen resultados significativos. Como han descubierto los científicos, todos los guepardos que viven actualmente en la Tierra son parientes muy cercanos, lo que afecta negativamente a la diversidad genética de la población y a la supervivencia de la especie.
Los guepardos están muy extendidos por África y también se encuentran en Asia. Sin embargo, a pesar de su amplia área de distribución, su número es extremadamente bajo en todas partes, excepto quizás en Botsuana. En 2016, el número de depredadores rondaba los 7.000 y la subespecie asiática está al borde de la extinción, con no más de 50 ejemplares en Irán, el último refugio de la subespecie. Y ello a pesar de que la especie está protegida en todas partes y de que existen varios centros de cría en África especializados en la cría de gatitos sin padres y en el cuidado de guepardos adultos heridos, a los que se intenta adaptar e intentar devolver a la naturaleza. Según los expertos, una de las razones del bajo número de ejemplares de la especie es su vulnerabilidad genética. Un equipo internacional de biólogos dirigido por científicos de San Petersburgo ha analizado el material genético de varios guepardos que viven en distintas partes de África. Pero a pesar de las disparidades territoriales, su material genético es igual en un 90%, y en algunos casos esta cifra ha llegado al 99%. Es probable que todos los guepardos que existen en la actualidad sean parientes consanguíneos muy cercanos, lo que repercute negativamente en toda la población. Los premios más importantes del Imperio Ruso Los expertos señalan la baja tasa de supervivencia de los cachorros de guepardo, que puede deberse a la proximidad genética. Además, los guepardos tienen una inmunidad débil y son muy vulnerables a diversas enfermedades, lo que no es habitual en otros felinos. Esto también se debe al estrecho parentesco y a la escasa diversidad de genes responsables del sistema inmunitario del organismo. La triste situación, según los biólogos, se debe a que los guepardos han pasado dos veces en su evolución por un «cuello de botella», una condición de la población en la que el número de individuos disminuye hasta un nivel crítico y da lugar a una baja diversidad genética. Desgraciadamente, no hay forma de salir de esta situación, ya que no hay manera de aumentar la diversidad genética. Los científicos sólo pueden observar y hacer lo que puedan para conservar los guepardos que quedan.
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